Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1889-1890 (Cortes de 1886 a 1890)
Sesión: 22 de marzo de 1890
Cámara: Congreso de los diputados
Discurso / Réplica: Réplica al Sr. Cassola
Número y páginas del Diario de Sesiones: 126, 3878
Tema: Atribuciones del Gobierno para impone correctivos a los Senadores y Diputados, aunque tengan carácter militar

No puedo oponerme a que se dé lectura de la proposición incidental que S.S. con otros señores Diputados ha presentado sobre la mesa.

Tiene razón S.S. Hay un artículo en la ley de relaciones que sólo habla de los proyectos de ley; pero hay otro artículo adicional que no está escrito, pero que se ha observado siempre tan puntualmente como ese a que S.S. se ha referido, .y es el artículo de la cortesía, a la que jamás se ha faltado. (El Sr. Romero Robledo: Siempre. Pido la palabra). Esa cortesía obliga de la misma manera al Congreso que el Senado, y siempre, aunque se haya tratado de cuestiones que más directamente han podido afectar al Congreso que al Senado, desde el momento en que el Senado ha tomado la iniciativa, el Congreso la ha respetado, y esos asuntos no se han traído aquí hasta después que el Senado los ha concluido. Las cuestiones de crisis pueden ser tratadas de igual modo en el Congreso que en el Senado; no hay artículo en la ley de relaciones que prohíba que se trate el asunto a la vez en una y otra Cámara, y sin embargo, ha habido siempre la consideración de que, iniciado el debate en una Cámara, hasta que en ella no ha concluido no ha empezado la discusión en la otra.

Lo mismo ha sucedido en las cuestiones políticas. Y ¿qué más? Entre otras recuerdo la cuestión famosa de los estudiantes; la cuestión del 10 de abril, que más parecía propia para ser tratada en el Congreso que en el Senado, y sin otra razón que la de que el Senado tomó la iniciativa en esa cuestión, el Congreso no se ocupó de ella mientras estuvo discutiéndose dicho asunto en la otra Cámara. ¿Y saben los señores Diputados cuánto tiempo invirtió el Senado en discutir esta cuestión? Pues más de un mes, y durante todo ese tiempo tuvo el Congreso la calma suficiente para no ocuparse en ese asunto hasta después que en el Senado terminó la discusión del mismo. ¿Qué prisa, qué impaciencia, que apasionamiento hay aquí en esta cuestión, para faltar a una práctica que, si no está escrita en la ley de relaciones, ha sido constantemente observada y se ha convertido ya en un deber recíproco entre una y otra Cámara? ¿Es que no se quiere que el Congreso guarde las mismas consideraciones que el Senado en casos iguales ha tenido al Congreso? ¿Es que se pretende que las consideraciones que la otra Cámara ha tenido en iguales casos al Congreso, no las observe esta Cámara con respecto al otro Cuerpo Colegislador? Sea en buena hora; pero acepte la responsabilidad aquel que la provoca; porque el Gobierno no quiere aceptarla, y por eso protesta desde ahora de que este asunto se trate en el Congreso, mientras que en el Senado no quede terminado.

Si los Sres. Diputados, tan interesados como el Gobierno en mantener la cordialidad de relaciones entre uno y otro Cuerpo Colegislador, no lo juzgan así, yo lo deploraré con toda el alma; pero el Gobierno considera que es un deber inexcusable en estos momentos procurar que el Congreso guarde al Senado las consideraciones que le son debidas, para poder exigir mañana al Senado, en iguales condiciones, que guarde al Congreso las consideraciones que a este Cuerpo Colegislador le corresponden.

No hay nada, Sres. Diputados, que determine la urgencia de discutir este asunto en esta Cámara, cada vez que está ya pendiente de ser tratado en la otra. De cualquier modo que sea, a mí me basta con consignar esa protesta; después, el Sr. Cassola, juntamente con los amigos que le acompañan, hará lo que tenga por conveniente, bajo su responsabilidad; pero el Gobierno, mientras esté pendiente este asunto en la otra Cámara, será todo lo parco que le exigen sus deberes en la contestación que ha de dar al señor general Cassola; y en mi opinión, creo que el Gobierno podría excusarse de contestar al señor general Cassola mientras este asunto se halle pendiente en el otro Cuerpo Colegislador, sin que por eso se faltara a la cortesía debida a dicho Sr. Diputado. No tengo más que decir. [3878]



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